Está de moda que los chavales de ahora descargan muchas canciones en MP3, las ponen en sus teléfonos móviles y se la pasan molestando a los usuaros del transporte público (como yo) con su musiquita ridícula a todo volumen. Pero independientemente de los gustos musicales hay algo que quiero poner en claro: El formato MP3 nunca tiene la misma calidad que un CD de audio.
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